Con lágrimas y en silencio: una monja rompió el protocolo para llorar junto al féretro

Una monja rompió el protocolo en la basílica de San Pedro. Se despidió del papa Francisco entre lágrimas y silencio.

Redacción El Nacionalista

El último adiós al papa Francisco comenzó este miércoles en la basílica de San Pedro y se prolongará hasta el viernes, bajo un estricto protocolo de seguridad. Sin embargo, en medio de la solemnidad del momento, una monja esquivó la larga fila de cardenales y obispos y se situó al costado del féretro, visiblemente emocionada.

La imagen de la monja dio la vuelta al mundo. Ella fue identificada como Geneviève Jeanningros, una monja de 81 años, amiga cercana del papa. Al llegar a la basílica, donde el cuerpo de Francisco estaba rodeado por estrictas medidas de seguridad, Geneviève decidió romper el protocolo y quedarse a un lado para despedirse de su amigo.

En el silencio solemne de la sala, se la escuchó llorar y permanecer casi inmóvil durante varios minutos, mirando fijamente el féretro. La monja, conocida por su trabajo con los feriantes y las mujeres trans de Roma, fue quien acercó al papa Francisco a estos grupos, dedicando su vida a ayudarlos durante más de 56 años.

Geneviève Jeanningros pertenece a la orden de las Hermanitas de Jesús y es sobrina de Léonie Duquet, una de las monjas francesas secuestradas durante la dictadura en Argentina. Además, en 2024, fue quien logró que Francisco visitara el parque de atracciones de Ostia para encontrarse con los feriantes.

El papa Francisco la llamaba cariñosamente la "enfant terrible". Durante su despedida en solitario, nadie se acercó ni le impidió permanecer en el lugar. La imagen de la monja, emocionada y en silencio, conmovió profundamente al mundo entero.

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