El Gobierno de Milei concretó su primera privatización: ARC Energy adquirió IMPSA
Bajo la gestión del sector privado, se buscará posicionar a IMPSA como un actor relevante en el sector energético global.
El Gobierno de Javier Milei y la provincia de Mendoza concretaron este martes la transferencia de las acciones de IMPSA a un consorcio encabezado por la empresa estadounidense ARC Energy.
La compañía adquirente asumió el compromiso de realizar una inversión de capital de 27 millones de dólares mediante pagos escalonados hasta mediados de 2026 y deberá renegociar pasivos por 576 millones de dólares.
Este acuerdo representa la primera privatización concretada durante la gestión de Milei, en conjunto con el gobernador Alfredo Cornejo. IMPSA, dedicada a la generación de soluciones energéticas, fue nacionalizada en 2021 tras atravesar una profunda crisis económica derivada de fallidos negocios en Brasil y Venezuela.
Hasta el momento, la estructura accionaria de la empresa se distribuía en tres categorías: la clase A, perteneciente a la familia Pescarmona con un 5,3%; la clase B, en manos de los acreedores con un 9,8% a través de fideicomisos; y la clase C, que estaba en poder del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP), con el Estado Nacional controlando el 63,7% y Mendoza el 21,2% restante.
La firma del traspaso de acciones se llevó a cabo con la presencia, vía videollamada, del gobernador Cornejo y miembros de su gabinete. En representación del Gobierno Nacional asistieron Esteban Marzorati, secretario de Industria y Comercio; Diego Chaer, titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas; y Juan Pazo, jefe de ARCA y principal impulsor de la privatización.
ARC Energy, con base en Estados Unidos, se comprometió a preservar los 650 puestos de trabajo de IMPSA y a concretar una inyección de capital progresiva. La primera entrega de fondos consistirá en el pago inmediato del 25% del monto total pactado.
La empresa estructuró el financiamiento en varias etapas:
Un primer desembolso de 6,75 millones de dólares al momento de la firma del contrato.
Un pago de 5 millones de dólares en los tres meses siguientes.
Un nuevo aporte de 3 millones de dólares a los seis meses de la operación.
Una transferencia de 5 millones de dólares en 2025.
Un monto de 2,25 millones de dólares en el primer trimestre de 2026.
Un pago final de 5 millones de dólares en el primer semestre de 2026.
Este esquema busca reforzar la capacidad operativa de la firma y consolidar su posición en el sector energético e industrial.
La venta de IMPSA quedó supeditada a la renegociación de su abultada deuda de 576 millones de dólares. ARC Energy solicitó una prórroga hasta el 10 de febrero para definir los términos con los acreedores antes de completar la compra, que se esperaba oficializar esta semana.
Uno de los puntos clave de las negociaciones fue la reestructuración de los pasivos. La empresa estadounidense planteó un esquema de financiamiento que garantice la estabilidad financiera de IMPSA y la recuperación de contratos en mercados extranjeros.
El Estado argentino tomó control de IMPSA en 2021 durante la administración de Alberto Fernández, con el objetivo de rescatarla tras años de problemas económicos. Para ello, se invirtieron 15 millones de dólares a través del FONDEP, adquiriendo la mayoría accionaria.
Desde entonces, la compañía estuvo bajo gestión estatal, con participación de Mendoza y la familia Pescarmona. La decisión de Milei de privatizarla responde a su política de reducción del número de empresas en manos del Estado y el fomento del capital privado.
El proceso de venta comenzó el 1 de octubre de 2024 con la apertura de una licitación internacional. Aunque hubo varios interesados, solo ARC Energy presentó una oferta concreta. Finalmente, el 31 de octubre, la firma estadounidense ofreció 27 millones de dólares y se comprometió a mantener las operaciones y los empleos.
En diciembre, el Ministerio de Economía pidió ajustes en la oferta para mejorar las condiciones de la transacción. En enero, ARC Energy presentó su propuesta definitiva, lo que permitió avanzar hacia la adjudicación final.
Con el traspaso en marcha, la compañía norteamericana proyecta inversiones progresivas para potenciar la competitividad de IMPSA en el mercado global. Su plan incluye la captación de nuevos contratos en energía hidroeléctrica, nuclear y eólica, además de la expansión en el sector de grúas portuarias.
Además, buscará incrementar su participación en licitaciones públicas en Estados Unidos, aprovechando el impulso a las energías renovables y la infraestructura portuaria. La meta es posicionar a IMPSA como un actor clave en el ámbito energético internacional.
El avance del proceso dependerá de las negociaciones con los acreedores, quienes definirán el esquema financiero de la empresa en esta nueva etapa bajo administración privada.