Milei logró reducir las marchas piqueteras: menos protestas y menos participación

Las protestas recientes son menos concurridas y causan menos interrupciones en comparación con las de meses anteriores.

En un logro notable, la administración de Javier Milei ha alcanzado una hazaña sin precedentes al disminuir significativamente la presencia de marchas piqueteras que anteriormente causaban caos y desorden en la Ciudad de Buenos Aires.

En los últimos meses, las manifestaciones de los piqueteros han disminuido en frecuencia y en número de participantes, en parte debido a una estrategia gubernamental enfocada en enfrentar a los líderes de estas organizaciones. Las protestas actuales son menos numerosas y menos disruptivas en comparación con las de meses anteriores.

La última gran manifestación en la emblemática Avenida 9 de Julio tuvo lugar el 10 de abril, cuando la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y otros grupos piqueteros iniciaron una "jornada nacional de lucha" contra la administración de Milei. Los enfrentamientos con la Policía de la Ciudad, que actuó para despejar el corte total en la avenida, resultaron en más de 10 arrestos.

Las marchas contra las políticas del Gobierno de La Libertad Avanza continuaron en menor escala el 7 de mayo y el 9 de junio. En estas ocasiones, la Avenida 9 de Julio no fue bloqueada y los intentos de interrumpir el tránsito en el Puente Pueyrredón y el Puente Saavedra fueron rápidamente desactivados por la Policía. Los manifestantes también intentaron acercarse a la Quinta de Olivos, pero fueron rechazados por las fuerzas de seguridad.

El 27 de junio, la última protesta frente al Congreso de la Nación fue notablemente reducida, con menos de 500 asistentes. Este evento, que incluyó a movimientos sociales peronistas como el Evita y el MTE, mostró una Plaza Congreso más ocupada por policías y banderas que por manifestantes. La UTEP participó brevemente antes de retirarse.

La estrategia del Gobierno para desactivar las movilizaciones incluye la eliminación del poder de intermediación de los piqueteros sobre los beneficiarios de programas sociales como el Potenciar Trabajo. Esta medida, implementada por el Ministerio de Capital Humano bajo Sandra Pettovello, ha reducido la capacidad de los líderes piqueteros para movilizar a las personas mediante la amenaza de perder sus beneficios.

Adicionalmente, el protocolo antipiquetes, coordinado por la Policía Federal y otras fuerzas de seguridad, ha regulado las manifestaciones, limitando las concentraciones a plazas y promoviendo que las marchas se realicen por las veredas. Este protocolo ha sido aplicado en varias ocasiones, a veces con enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden.

En las semanas recientes, los cortes y manifestaciones aisladas han sido liderados mayormente por gremios como ATE, que protestan contra la expulsión de empleados y militantes en organismos estatales como el Hospital Posadas y el INTI, en lugar de por los grupos piqueteros tradicionales.

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